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"Una noche despejada a la luz de la luna era perfecta para mis planes" - Dijo el niño que dirigía el relato en ese momento, frente a todos sus amigos muy atentos a sus palabras por venir, al abrigo de una buena fogata en una noche de octubre, como tradición a las fechas que tanto les gustaba...
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Alma, esa niña de ojos como dos esmeraldas recién pulidas, unos labios siempre en una expresión neutra y una piel tan blanca como es posible vivía en un pueblo de la antigua Alemania a comienzos de la segunda guerra mundial, aunque claro, nadie sabía que lo era hasta que ya fue tarde.
Alma tenía una hermana igual de hermosa que ella, bueno, sus rostros casi se podría decir que eran una fiel copia excepto por el ojo derecho de Estrella, que brillaba a la luz más tenue con un dorado muy raro de encontrar hasta en el rincón más profundo de este mundo. Ambas hermanas eran inseparables, un complemento la una para la otra así ambas odiaran admitirlo, ya que por fuera pareciera que se tenían un desprecio insuperable. Aún así todo lo hacían juntas y esa noche fría y nublada no iba a ser la excepción...
La casa de las jóvenes hermanas no era una casa cualquiera, se situaba en lo más alto y alejado del pueblo, casi al borde de un acantilado que daba con el mar y era sin lugar a duda la casa más lujosa que se podía encontrar en cientos de kilómetros, frente a la construcción se podía observar un camino de tierra que bajaba al pueblo y cruzando el camino comenzaba un espeso bosque de árboles de roble muy altos y gruesos, cada árbol parecía tener vida propia y lucían siempre igual de sanos e imponentes sin importar el paso de los siglos.
Las hermanas desde muy pequeñas solían deambular en el bosque cuando todos dormían, siempre les habían dicho el peligro que podía Haber en los alrededores pero estas hermanas tan intrépidas y sagaces hicieron siempre caso omiso a las advertencias.
Las hermanas salieron esa noche en busca de su lugar favorito, el claro en lo más profundo de ese bosque, donde yacía un hermoso pero pequeño lago donde la luz de la luna se reflejaba cada noche haciendo que ese lugar pareciera sacado directamente de un cuento de hadas.
Allí una vez se habían encontrado a un chico del pueblo llamado Damián, y con el tiempo se hizo amigo de las gemelas y se volvió su punto de encuentro habitual; Alma y Damián se habían vuelto cercanos con el tiempo y esa noche los tres jóvenes decidieron separarse...
Estrella salió en rumbo desconocido hacía lo más profundo del bosque y los jóvenes decidieron quedarse a charlar en el lago.
Después de un buen rato de caminata sin rumbo fijo Estrella se encontró la entrada de una cueva que nunca había visto, al entrar descubrió un pequeño nacimiento de agua, pero al mirar al techo sus ojos quedaron asombrados al ver miles de piedras relucientes titilando tal cual la noche estrellada más hermosa lo haría, pero entre más asombrada y ensimismada observaba este lugar alcanzó a escuchar a lo lejos un profundo y largo aullido.
No era la primera vez que lo escuchaba, pero lo que la dejó pasmada fue ese sentimiento en su pecho, como si le arrancasen un pedazo de sí misma seguido de un silencio ensordecedor, Estrella recobró la postura con lágrimas a punto de brotar de sus ojos... "algo está mal" se dijo a sí misma y emprendió carrera hacía el claro del bosque, aquel que aunque no había prestado atención al camino que había tomado parecía conocer como la palma de su mano (el bosque y ella eran uno mismo, siempre lo fueron) corrió tanto dejando que su fino vestido de seda se destrozara por las ramas y su piel fuera lastimada.
Al llegar al claro pudo observar una figura en el suelo, acostada pacíficamente estaba Alma con la mirada perdida en el cielo, ahora tan estrellado como esa cueva de ensueño, y sus ojos, desprovistos de cualquier rastro de vida dieron a Estrella la confirmación que había temido.
Un vientre cubierto de sangre podía verse a la luz de la luna mientras que otro aullido se escuchaba en la oscuridad de la noche; Damián había desaparecido como si de un fantasma se tratase y solo quedaba una hermana devastada a su paso, Estrella ahí mismo perdió la conciencia hasta la mañana siguiente.
La chica despertó en su recámara como si nada hubiera pasado, con su piel intacta y un vestido de seda fina perfectamente acomodado, tan solo que la cama de su hermana estaba vacía y nadie estaba en casa. Estrella salió corriendo hacia el bosque a plena luz del día, algo que jamás había hecho en sus 15 años de vida; al recorrer esos árboles que ya no le parecían conocidos se dió cuenta que le costaba hallar el claro que tantas noches había visitado (con su hermana).
Ya no sentía al bosque en ella, ya era una completa extraña y ella en su prisa iba sintiéndolo poco a poco pero no aminoró el paso, después de mucho esfuerzo entró a un claro en un bosque que alguna vez fue suyo, y en la orilla del pequeño lago pudo ver a una hermosa joven de ojos verdes y vestido blanco.
Al verla se puso de pie y caminó hacia ella mientras que Estrella no podía dentro de sí misma por el alivio, "todo esto fue un sueño" pensó y se posó frente a su hermana dándole la mano y sentándose junto a ella.
Alma no dijo ni una sola palabra en todo el tiempo que estuvieron juntas, solo se limitaron a mirarse la una a la otra y de vez en cuando admirar el lago, así permanecieron hasta la noche, en paz, en silencio.
A la mañana siguiente Estrella fue despertada por unos pasos y voces
-¿Alma?
Su padre y tío estaban parados frente a ella con rostro preocupado, y al verla llamaron a su madre a lo lejos.
Ella corrió y abrazó a Estrella con lágrimas en los ojos
- Te buscamos durante 3 días seguidos mi pequeña, ¿por qué decidiste entrar en este bosque sola?- dijo preocupada su madre pero también se le notaba el enojo
- Estaba buscando a Alma mamá, no la encontré cuando desperté en la mañana-
El semblante de todos los presentes cambió y se tornó sombrío.
-Alma murió hace 5 años Estrella, su cripta está más adelante dentro de un templo donde la encontramos, ¿ya lo has olvidado? -
Estrella de repente se sintió mareada, al tratar de explicar lo que realmente había pasado pero no fue capaz, sus recuerdos cada vez se hacían más borrosos y no podía distinguir nada, ni nombres, ni fechas, ni lugares.
- Se ve que nunca pudiste recuperarte mi niña, ven, debes regresar a la habitación del hospital donde te cuidarán como lo han hecho todo este tiempo-
*Estrella al ver su mansión recordó que en realidad era el hospital donde había vivido los últimos años de su vida, al mirarse al espejo no vió a la chica de 15 años que recordaba si no una joven casi en los huesos mucho mayor, y al llegar a su habitación y preguntar al doctor sobre lo que estaba únicamente se limitó a decirle ... "¿no lo recuerdas?*